domingo, 31 de mayo de 2015

Reflexión de Hoy- Sábado 31-05-15 (¿Quién es María y cuál fue el sentido de su vida?).

¿Quién es María y cuál fue el sentido de su vida? Autor: Fuente: Iniciamos la narración en veinte escenas de la vida de la Virgen María a partir de

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¿Quién es María y cuál fue el sentido de su vida?

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Iniciamos la narración en veinte escenas de la vida de la Virgen María a partir de los Evangelios y de la tradición de la Iglesia

La historia del hombre sobre la tierra es la historia de la misericordia de Dios. Desde la eternidad, antes de la creación del mundo, nos eligió para que fuéramos santos y sin mancha en su presencia, por el amor (Ef 1, 4).

Sin embargo, por instigación del demonio, Adán y Eva se rebelaron contra el plan divino: seréis como Dios, conocedores del bien y del mal (Gn 3, 5), les había susurrado el príncipe de la mentira. Y le escucharon. No quisieron deber nada al amor de Dios. Trataron de conseguir, por sus solas fuerzas, la felicidad a la que habían sido llamados.

Pero Dios no se echó atrás. Desde la eternidad, en su Sabiduría y en su Amor infinitos, previendo el mal uso de la libertad por parte de los hombres, había decidido hacerse uno de nosotros mediante la Encarnación del Verbo, segunda Persona de la Trinidad.

Por eso, dirigiéndose a Satanás, que bajo figura de serpiente había tentado a Adán y a Eva, le conminó: Pondré enemistad entre ti y la mujer, entre tu linaje y el suyo (Gn 3, 15). Es el primer anuncio de la Redención, en el que se entrevé ya la figura de una Mujer, descendiente de Eva, que será la Madre del Redentor y, con Él y bajo Él, aplastará la cabeza de la infernal serpiente. Una luz de esperanza se enciende ante el género humano desde el instante mismo en que pecamos.

Comenzaban así a cumplirse las palabras inspiradas —escritas muchos siglos antes de que la Virgen viniera al mundo— que la liturgia pone en labios de María de Nazaret. El Señor me tuvo al principio de sus caminos, antes de que hiciera cosa alguna... Desde la eternidad fui formada, desde el comienzo, antes que la tierra. Cuando no existían los océanos fui dada a luz, cuando no había fuentes repletas de agua. Antes que se asentaran los montes, antes que las colinas fui dada a luz. Aún no había hecho la tierra ni los campos, ni el polvo primero del mundo (Prv 8, 22-26).

La Redención del mundo estaba en marcha ya desde el primer momento. Luego, poco a poco, inspirados por el Espíritu Santo, los profetas fueron desvelando los rasgos de esa hija de Adán a la que Dios —en previsión de los méritos de Cristo, Redentor universal del género humano— preservaría del pecado original y de todos los pecados personales, y llenaría de gracia, para hacer de Ella la digna Madre del Verbo encarnado.

Ella es la virgen que concebirá y dará a luz un Hijo, que se llamará Enmanuel (Is 7, 14); está significada en Judit, la heroína del pueblo hebreo que alcanzó victoria contra un enemigo imponente, hasta el punto de que a Ella, más que a nadie, se dirigen aquellas alabanzas: Tú eres la exaltación de Jerusalén, la gran gloria de Israel, el gran honor de nuestra gente... Bendita seas tú de parte del Señor todopoderoso por siempre jamás (Jdt 15, 9-10).

Extasiados ante la belleza de María, los cristianos le han dirigido siempre toda clase de alabanzas, que la Iglesia recoge en la liturgia: huerto cerrado, lirio entre espinas, fuente sellada, puerta del cielo, torre victoriosa contra el dragón infernal, paraíso de delicias plantado por Dios, estrella amiga de los náufragos, Madre purísima...

Artículo originalmente publicado por Opus Dei

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Reflexión de Hoy- Domingo 31-05-15 (La Santísima Trinidad).

La Santísima Trinidad. Autor: José Ignacio Alemany Grau, obispo Fuente: A veces entre los católicos nos reímos porque hay personas muy ignorantes e

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La Santísima Trinidad.

Autor: José Ignacio Alemany Grau, obispo
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A veces entre los católicos nos reímos porque hay personas muy ignorantes en la fe (más o menos instruidas en lo humano) que si se les pregunta quién es la Santísima Trinidad contestan mostrando un desconocimiento total.

Por ejemplo dicen: es una Virgen.
Ah, la imagen del viejito.
Una vez me contestó una persona, en concreto: Ah, sí, tres: Santa Rosa, San Martín y la Virgen María.

Qué pena que sepamos tan poco.

Permíteme, amigo, un consejo antes de seguir adelante. Pregúntate a ti mismo: ¿qué sé yo en cuanto a la Santísima Trinidad?

Veamos ahora las enseñanzas de la liturgia en esta fiesta muy especial de la Santísima Trinidad.
Reflexiona y goza pensando qué grande es nuestro Dios.

La oración colecta, es decir la que recoge las enseñanzas fundamentales del día.
Recordamos en ella que el Padre ha enviado al mundo la Palabra de la verdad, es decir, a su Hijo encarnado en el seno de Santa María y al Espíritu de santificación el día de Pentecostés. Ambos nos revelan el admirable misterio de la Santísima Trinidad. Por eso le pedimos tres cosas importantes para nuestra vida de fe:
   "Profesar la fe verdadera", es decir, el tesoro maravilloso de la revelación.  

   "Conocer la gloria de la eterna Trinidad";  glorificar a Dios es la misión más grande de toda criatura.  

   "Y adorar su unidad todopoderosa", es decir que, siendo Tres Personas, es un único Dios y cada una de las Personas es todopoderosa.  

El prefacio del día es también la presentación del gran misterio trinitario.
Así nos enseña que el Padre, "con su Hijo y el Espíritu Santo es un solo Dios, un solo Señor; pero no una sola persona sino que son tres Personas distintas en una sola naturaleza, es decir en un solo Dios.

Por eso, lo que creemos respecto a la gloria del Padre, porque así Él mismo nos lo ha revelado, lo afirmamos tanto del Hijo como del Espíritu Santo, sin ninguna distinción.

Por eso nuestra fe nos lleva a adorar tres Personas distintas, de única naturaleza e iguales en su dignidad".

Como ves, si te preguntan quién es la Santísima Trinidad, la liturgia te está dando unas respuestas muy claras para tu meditación y para que puedas enseñar a otros.

De todas maneras el misterio de la Santísima Trinidad no solamente es profundo sino lo más maravilloso de nuestra fe.

El Deuteronomio, que como sabemos pertenece todavía al Antiguo Testamento, nos habla de la grandeza del Dios de Israel.

Nos presenta las maravillas de Dios, pero no la Santísima Trinidad, porque era un misterio desconocido para ellos.

Podemos reflexionar cómo resalta la gloria de Dios:

"¿Hay algún pueblo que haya oído, como tú has oído la voz del Dios vivo hablando desde el fuego y haya sobrevivido?; ¿algún Dios intentó jamás venir a buscarse una nación entre las otras por medio de pruebas, signos, prodigios y guerra, con mano fuerte y brazo poderoso?"

A continuación presenta el corazón de la fe del Antiguo Testamento que es el monoteísmo: "Reconoce, pues, hoy y medita en tu corazón que el Señor es el único Dios, allá arriba en el cielo y aquí abajo en la tierra; no hay otro".

Salmo (32). Dichoso tú, amigo, porque tú perteneces a la herencia de Dios, Dios es mi herencia: "Dichoso el pueblo que el Señor se escogió como heredad".

Como ves, Dios, ya desde el Antiguo Testamento nos advierte que Él es quien nos ha escogido.

Reflexiona personalmente, en las enseñanzas del salmo, mientras repites el estribillo.

San Pablo enseña a los romanos que este Dios tan grande es nuestro Padre y nosotros sus hijos. ¿Por qué?

"Habéis recibido no un espíritu de esclavitud para recaer en el temor (recuerda que un cristiano no puede vivir del miedo) sino un espíritu de hijos adoptivos que nos hace gritar: ¡Abbá, Padre!".

Ahora el Espíritu y nuestro espíritu han llegado a ponerse de acuerdo, para decir que somos hijos de Dios.

Ser hijo de Dios comporta también una herencia. Nuestra herencia es Dios y la compartimos con Cristo "si sufrimos con Él para ser también con Él glorificados".

El Evangelio de San Mateo se ha escogido en este día porque en él hay una manifestación trinitaria cuando Jesús, antes de subir al cielo, les dice a los suyos: "Id y haced discípulos de todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo".

Desde entonces en la Iglesia todo se hace "en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo". Pero sobre todo, el bautismo cristiano se hace en nombre de la Santísima Trinidad como te lo hicieron a ti, cuando derramando el agua, pronunciaron las palabras que mandó Jesús.

Como ves, cuánta riqueza nos ha dejado el Señor al revelarnos el misterio más grande de nuestra fe: la Santísima Trinidad. Recuerda siempre que la Trinidad Santa habita en tu corazón: "Vendremos a él y haremos nuestra morada en él".

José Ignacio Alemany Grau, obispo

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viernes, 29 de mayo de 2015

Reflexión de Hoy- Viernes 29-05-15 (Te damos 3 razones por las que hoy tienes que tomar la decisión de perdonar).

Te damos 3 razones por las que hoy tienes que tomar la decisión de perdonar. Autor: Padre Alberto Linero Fuente: PildorasdeFe.net Perdonar no es un

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Te damos 3 razones por las que hoy tienes que tomar la decisión de perdonar.

Autor: Padre Alberto Linero
Fuente: PildorasdeFe.net

Perdonar no es un acto mágico, no es que alguien mueva el botón del control y ya todo es diferente. Perdonar es un proceso.

Diálogo con Jesús

Oh Jesús, mi Señor y Redentor, Tú sabías a quiénes elegías para estar al frente de los apóstoles. En Pedro tengo el ejemplo del bravucón que cae, se levanta, llora su pecado y promete amarte hasta la muerte. Y Pablo, que queriendo hacer el bien es el mal lo que le sale. A los dos les enseñas tu rostro y los transformas. Enséñame a aspirar a que seas tú, quien viva en mí. Que los otros puedan ver tu rostro en el mío. Procuraré siempre servir y amar a tu Iglesia, dame aunque sea un destello de tu gracia para lograrlo. ¡Amén!

*Meditación: "3 razones por las que hoy tienes que tomar la decisión de perdonar"

Perdonar no es un acto mágico, no es que alguien mueva el botón del control y ya todo es diferente. Perdonar es un proceso. No es un sentimiento, es una decisión que implica acciones concretas y constantes en la vida. No siempre el perdón es fruto de que ya no siento nada en el corazón ante la persona que me ha fallado; hay momentos en que decido perdonar a pesar de que me sigue doliendo, a pesar de que sigo con ira y con dolor contra esa persona que me dañó. Muchas veces el perdón no es la consecuencia sino la causa de la paz, es decir, hay veces en las que te perdono porque siento paz en mi corazón a pesar de lo que me hiciste y otras en las que te perdono para sentir paz. Por eso, hoy quiero invitarte a tomar la decisión de perdonar y te propongo tres razones para hacerlo:

Perdonando vas a encontrar la paz que en este momento tienes perdida. Podrás recuperar la serenidad y armonía que esa acción te quitó. Es el momento de recuperar la serenidad y armonía que esa acción te quitó. Es el momento de recuperar ese estado en el que produces más, tienes mejores relaciones interpersonales y puedes soñar con mayor libertad.

La justicia no está en tus manos. Tu sufrimiento, tu ardor, tu dolor, tu rabia, tu rencor no garantizan que la otra persona "pagará" por lo que hizo, eso no está en tus manos. Es más, ni siquiera un acto de venganza te da lo que has perdido. Querer desquitarte te pone en el mismo nivel de la persona que te ofendió. Por eso, lo mejor es perdonar.

Dios siempre nos da una nueva oportunidad (Lee Lucas 15,11-32) y si Él lo hace con nosotros que le hemos fallado, más estamos nosotros invitados a hacerlo con los demás

Oración

Señor Jesús, en este momento te pido que toques el corazón de este hermano que se siente herido y que necesita perdonar, sé Tú quien a través de él, perdones a esos que le dañaron. Dale tu paz y tu bondad. Y a ti, dulce Madre María, que fuiste siempre dócil a la palabra de tu Hijo y meditabas en silencio cada cosa en tu corazón, encamina hoy los pasos de esta persona, para que obre según la voluntad del Señor. Recuérdale siempre que amar, perdonar y servir es el camino de la felicidad. ¡Amén!

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Oraciones y diálogos por PildorasdeFe.net)
*Meditación por el Padre Alberto Linero

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