lunes, 20 de julio de 2015

Reflexión de Hoy- Lunes 20-07-15 (Dar de corazón).

Dar de corazón. Fuente: Catholic.net Autor: P. Alberto Ramírez Mozqueda Hubo una vez un limosnero que estaba tendido al borde del camino cuando vio

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Dar de corazón.

Fuente: Catholic.net
Autor: P. Alberto Ramírez Mozqueda

Hubo una vez un limosnero que estaba tendido al borde del camino cuando vio a lo lejos venir al rey con su corona, su capa y sus seguidores.

En eso pensó: "Le voy a pedir, porque los reyes son generosos y de seguro me dará siquiera lo necesario para vivir el día de hoy". Y cuando el rey pasó cerca, le dijo: "Su majestad, ¿me podría por favor regalar una moneda?" Aunque en su interior pensaba que el rey le iba a dar mucho más.

Pero con gran sorpresa suya el rey le miró y le dijo: "¿Por qué no me das algo tú? ¿Acaso no soy yo tu rey?" El mendigo no sabía que responder a la pregunta y dijo:

"Pero su majestad, ¡yo no tengo nada, soy pobre!".

El rey respondió: "Algo debes de tener. ¡Busca!".

En su asombro, el mendigo buscó entre las cosas de su pobre morral, y se dio cuenta que solo tenía 5 granos de arroz para comer ese día. Pero se los dio complacido al rey, imaginándose que sus familiares nunca le creerían cuando les dijera que él había socorrido nada menos que al rey.

Complacido el rey dijo: "¡¿Ves como sí tenías?!" Y le dio 5 monedas de oro, una por cada grano de arroz.

El mendigo dijo entonces:
"Su majestad, creo que acá tengo otras cosas", pero el rey le dijo: "Solamente de lo que me has dado de corazón, te puedo yo dar".

Es fácil en esta historia reconocer como el rey representa a Dios, y el mendigo a nosotros.

Notemos que el mendigo aún en su pobreza intenta socorrer al rey cuando éste se lo pide.

Ocasionalmente, Dios nos pide que le demos algo para así demostrarle cariñosamente que somos sus hijos y él es el Padre bueno. Unas veces nos pide ser humildes, otras ser sinceros o no ser mentirosos.

Nos negamos a darle a Dios lo que nos pide, pues creemos que no recibiremos nada a cambio, sin pensar en que Dios devuelve el ciento por uno.

No sé que te pida Dios en este momento. ¿Confianza? ¿Sencillez? ¿Humildad? ¿Abandono en su voluntad? No lo sé. Solamente sé, que por lo que le des, te devolverá mucho más, y recuerda no darle solamente unos pocos granos, dale todo lo que tengas, pues sinceramente, VALE LA PENA.

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domingo, 19 de julio de 2015

Reflexión de Hoy- Domingo 19-07-15 (A la sombra del buen Pastor).

A la sombra del buen Pastor. Autor: José Ignacio Alemany Grau, obispo. Fuente: homiliasparalossencillos.blogspot.com/ La imagen del Buen Pastor es

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A la sombra del buen Pastor.

Autor: José Ignacio Alemany Grau, obispo.
Fuente: homiliasparalossencillos.blogspot.com/

La imagen del Buen Pastor es bíblica, no solamente porque Jesús se llama a sí mismo el Buen Pastor, sino porque aparece frecuentemente en el Antiguo Testamento.

Precisamente el salmo responsorial de este domingo es el salmo 22 tan conocido y querido por nuestro pueblo: "El Señor es mi pastor nada me falta: en verdes praderas me hace recostar, me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas".

Te invito a meditarlo nuevamente Por lo demás son muchas las frases bíblicas del Antiguo Testamento que presentan a Dios como Buen Pastor y también a los responsables de la espiritualidad de Israel con el nombre de pastores.

Hoy Jeremías habla para los malos pastores de su tiempo. Evidentemente que también habla para los de hoy y los de siempre.

Hubo y habrá malos pastores porque así es la condición de la pobre humanidad. Por otra parte, cuando encontremos los malos pastores en lugar de empujarlos para que caigan más hondo y en lugar de criticar y aumentar sus errores, recemos por ellos. Si nos es posible será bueno también que les ayudemos a recuperar la situación que les exige su ministerio.

¿Qué nos dice Jeremías de ellos?

   ¿Qué hacen?: "Dispersan y dejan perecer las ovejas de mi rebaño – oráculo del Señor – por  eso así dice el Señor, Dios de Israel: a los pastores que pastorean a mi pueblo: vosotros dispersáis mis ovejas, las expulsáis, no las guardáis; pues yo os tomaré cuentas por la maldad de vuestras acciones".  

   ¿A quién defiende Dios?: El Señor defiende a las ovejas: "Yo mismo reuniré el resto de mis ovejas de todos los países a donde las expulsé y las volveré a traer a sus dehesas para que crezcan y se multipliquen".  

   No solo Él mismo se hace pastor de sus ovejas sino que "les pondré pastores que las pastoreen; ya no temerán ni se espantarán y ninguna se perderá".  

   Finalmente, Dios promete enviar a su pueblo un legítimo sucesor de David que reinará como rey prudente y hará justicia y derecho en la tierra.  


Evidentemente que este pastor prometido es Jesucristo de quien dirá el ángel a la Virgen: "que será grande y se llamará el hijo del Altísimo y el Señor Dios le dará el trono de David su padre; reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin".

San Pablo, en su carta a los Efesios nos explica cuál es la obra de Jesús, el Buen Pastor y qué es lo que ha hecho con nosotros: "Ahora estáis en Cristo Jesús.

Ahora, por la sangre de Cristo, estáis cerca los que antes estabais lejos".

Este Buen Pastor no solamente reúne a las ovejas del pueblo de Israel sino que unifica a este pueblo con los gentiles, el resto de la humanidad: "Él ha hecho de los dos pueblos una sola cosa, derribando con su carne el muro que los separaba: el odio… reconcilió con Dios a los dos pueblos uniéndolos en un solo cuerpo mediante la cruz, dando muerte en Él al odio".

La obra del Buen Pastor es tan maravillosa que "así unos y otros podemos acercarnos al Padre con un mismo Espíritu".

Fijémonos una vez más en la presencia trinitaria que tiene todo lo cristiano.
Jesús es el que actúa, nos acerca al Padre en el Espíritu.

El versículo aleluyático nos aclara quiénes son, según el Buen Pastor, sus ovejas: "Mis ovejas escuchan mi voz y yo las conozco y ellas me siguen".

Aquí está claro lo que nosotros debemos hacer con respecto a Jesús: Escuchar su voz, conocerlo personalmente y seguirlo.

En el Evangelio Jesús, en el capítulo 6 de Marcos actúa como Buen Pastor, primero con sus discípulos y luego con todo el pueblo: Respecto a los apóstoles, en primer lugar los reúne y hace una especie de "revisión de vida" en la que ellos cuentan todo lo que han hecho y enseñado durante la misión a la que los envió Jesús.

Después Jesús los invita: "venid vosotros solos a un sitio tranquilo a descansar un poco".
En cuanto a la multitud: siguió a Jesús y a los suyos y "de todas las aldeas fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron. Al desembarcar Jesús vio la multitud y les dio lástima de ellos porque andaban como ovejas sin pastor y se puso a enseñarles con calma".

En este domingo, aunque no sea directamente el domingo del Buen Pastor, agradezcamos a Jesús su actitud para con nosotros y los cuidados personales que nos ha dedicado.

José Ignacio Alemany Grau, obispo.

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sábado, 18 de julio de 2015

Reflexión de Hoy- Sábado 18-07-15 (Con los ojos de Cristo).

Con los ojos de Cristo. Autor: P. Fernando Pascual LC Fuente: ¿Cómo vemos, cómo miramos a quienes viven a nuestro lado? ¿Qué pensamos de personas q

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Con los ojos de Cristo.

Autor: P. Fernando Pascual LC
Fuente:

¿Cómo vemos, cómo miramos a quienes viven a nuestro lado? ¿Qué pensamos de personas que nos acompañan en el tren o en el autobús, en la oficina o en la fábrica, en el bar o en el cine?

Muchas veces nuestros ojos pasan rápido por cientos de rostros. Una mirada desenfocada, teñida tal vez de discreción, se posa ante tantas vidas que parecen anónimas, silenciosas, quizá simpáticas o molestas, a las que no prestamos casi ningún interés.

Existe otro modo de ver a nuestros semejantes. Cuando descubrimos que son amados por Dios, cuando reconocemos que son hermanos nuestros, cuando aceptamos que tienen sueños y amores, miedos y esperanzas como nosotros... entonces miles de rostros se iluminan y adquieren un valor distinto, una fuerza de comunicación extraordinaria, una capacidad de encuentros vivos.

Para ello, necesitamos acercarnos a Dios. Cuanto más cerca estemos del Señor, más fácil nos resultará ver horizontes nuevos en nuestro hermano. "Esto sólo puede llevarse a cabo a partir del encuentro íntimo con Dios, un encuentro que se ha convertido en comunión de voluntad, llegando a implicar el sentimiento" (Benedicto XVI, "Deus caritas est" n. 18).

Empezamos, entonces, a ver a los otros con los ojos de Cristo, desde una perspectiva nueva, sumamente rica, dinámica, comprometedora: "aprendo a mirar a esta otra persona no ya sólo con mis ojos y sentimientos, sino desde la perspectiva de Jesucristo. Su amigo es mi amigo" ("Deus caritas est", n. 18).

Esa mirada va a fondo, pues permite descubrir en el otro aquello que más desea (que todos deseamos): "su anhelo interior de un gesto de amor, de atención... Al verlo con los ojos de Cristo, puedo dar al otro mucho más que cosas externas necesarias: puedo ofrecerle la mirada de amor que él necesita" ("Deus caritas est", n. 18).

Amar y ser amados. Cristo nos enseña el camino: nos invita a vivir en el amor, porque "Dios es amor". "Quien no ama no conoce a Dios [...]. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros y su amor ha llegado en nosotros a su plenitud" (cf. 1Jn 4,6-21). Ver y ser vistos con los ojos de Cristo. El corazón, entonces, brillará con una luz nueva, porque latirá junto al amor creador de un Padre que nos ama con locura.

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