viernes, 12 de junio de 2015

Reflexion de Hoy- Sábado 06-06-16 (El corazón de Cristo ama a todos, cultos e ignorantes, ricos y pobres, justos y pecadores).

El corazón de Cristo ama a todos, cultos e ignorantes, ricos y pobres, justos y pecadores. Autor: Papa Francisco. Fuente: (RV).- A mediodía, desde

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El corazón de Cristo ama a todos, cultos e ignorantes, ricos y pobres, justos y pecadores.

Autor: Papa Francisco.
Fuente:

(RV).- A mediodía, desde la ventana del estudio del Palacio Apostólico, el Papa Bergoglio rezó la oración mariana del Regina Coeli, que sustituye a la del Ángelus en el tiempo pascual, con los miles de fieles y peregrinos que se habían dado cita en la Plaza de San Pedro, deseosos de escuchar sus palabras y de recibir su bendición apostólica.

El Santo Padre recordó que el Evangelio del sexto domingo de Pascua corresponde al capítulo 15 de San Juan, que nos conduce al Cenáculo, donde escuchamos el mandamiento nuevo de Jesús: "Ámense los unos a los otros, como yo los he amado". Y, pensando en el sacrificio de la cruz ya inminente, añade: "No hay amor más grande que dar la vida por los amigos".

Francisco afirmó que estas palabras, pronunciadas durante la última Cena resumen, no sólo el mensaje, sino todo lo que ha hecho el Señor: dar la vida por sus amigos, a pesar de que no lo habían comprendido, y de que llegaron a abandonarlo, traicionarlo y renegarlo.

Y añadió que de este modo, Jesús nos muestra el camino para seguirlo, el camino del amor, cuyo mandamiento no es un simple precepto, sino que es el mandamiento nuevo de Cristo, puesto que Él lo realizó en su carne en primer lugar, haciendo de este modo que la ley del amor se escribiera, de una vez para siempre, en el corazón de todos los hombres.

Es un camino que nos conduce a salir de nosotros mismos para ir hacia los demás. Jesús nos ha mostrado que el amor de Dios se realiza en el amor al prójimo. Las páginas del Evangelio están llenas de este amor: adultos y niños, cultos e ignorantes, ricos y pobres, justos y pecadores han tenido acogida en el corazón de Cristo.

Por tanto, el Obispo de Roma nos invitó a querernos unos a otros, incluso si no siempre nos entendemos, o no vamos de acuerdo, porque en esto reside el amor cristiano, que se traduce en gestos de cercanía a un anciano, a un niño, a un enfermo, a una persona sola y con dificultades, sin casa, sin trabajo, inmigrada o refugiada.

Por último el Santo Padre invocó a nuestra Madre Santísima, para que en la vida cotidiana de cada uno de nosotros el amor de Dios y el amor del próximo estén siempre unidos.

María Fernanda Bernasconi - RV.

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