sábado, 29 de noviembre de 2014

El Corazón Oye.

El Corazón Oye.
Autor:
Fuente: reflexionesparaelalma.net
Un día Jesús decidió venir a nuestro mundo y estar en un lugar donde hubiera mucha gente, por lo que vino a pasearse por una de las avenidas más importantes de tu ciudad.
Su propósito era saber, cuantas de las miles de personas que pasaban por ahí, eran capaces de escuchar Su voz.
Se quedó en una esquina y comenzó a llamar a la gente que pasaba por su lado.
Amigo, ven, tengo algo que decirte. Lo siento, estoy muy ocupado, otro día.
Ven tú, mujer. Más tarde, ahora tengo mucha prisa.
Joven, ven, quiero hablar contigo. Cuando regrese, tengo que ir al colegio.
Abuelo, acérquese quiero contarte una historia de amor. Mañana, hoy tengo que ir a cobrar la jubilación.
Jóvenes, esperen unos segundos, hay algo muy importante que quiero decirles.
Por la noche, ahora vamos a ver el partido de fútbol, quizás si gana nuestro equipo vendremos para escucharte… ja…ja…ja…ja...
Durante todo el día Jesús se encontró con miles y miles de “sordos”. Era ya muy tarde y triste; y decepcionado por no haber encontrado a nadie que lo escuchara, vio a una pareja de novios y se acercó a ellos. Hola soy Jesús, me gustaría hablar con ustedes para simplemente decirles que les amo.
Curiosamente se trataba de una pareja de novios que eran sordos de verdad. Pero inmediatamente le miraron tratando de leer sus labios. El Señor se dio cuenta de la situación y empezó a usar el lenguaje de signos.
Alberto y Ana, que así se llamaban, empezaron a escuchar en sus corazones y por primera vez en sus vidas el mensaje de Jesús: Yo les amo con un amor profundo, incondicional, puro y quiero que me permitan entrar en sus corazones para darles una vida auténtica, con propósito y pleno sentido.
Esta historia debe ayudarnos a reflexionar. Si alguien se nos acerca para hablarnos de las maravillas de Jesucristo, debemos abrir tanto nuestros oídos, como nuestros corazones.
“No seas sordo a los mensajes que vienen directamente del cielo. Dios tiene un propósito para tú vida, aprende a escucharle”

jueves, 27 de noviembre de 2014

Reflexión de Hoy- Jueves 27-11-14 (Te vas a morir).

Te vas a morir. Autor: Pedro Rodríguez-Ponga sj Fuente: pastoralsj.org Suena un poco dramático, pero es así. Algún día, todos nos vamos a morir. De

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Te vas a morir.

Autor: Pedro Rodríguez-Ponga sj
Fuente: pastoralsj.org

Suena un poco dramático, pero es así. Algún día, todos nos vamos a morir. De hecho, es la única certeza absoluta que tenemos. Sin embargo, a pesar de ser algo tan cierto y que todos los seres vivos compartimos, no nos resulta fácil hablar de la muerte; si hace cincuenta años el tabú era el sexo, a día de hoy es la muerte. Como nos resulta tan complicado hablar de ella, intentamos suavizarlo utilizando palabras como "fallecer", "dejar este mundo", "irse" o "apagarse", entre otras muchas. Enfrentarse a la muerte no es fácil, pues nos asaltan las dudas sobre el sentido de la vida, qué pasará después, la vida eterna, etc. Como consecuencia de la dificultad de afrontar la muerte, hay gente que la ignora y vive con la sensación, especialmente si se es joven, de que esto va a durar para siempre, de que tendremos tiempo para hacer muchas cosas en el futuro... pero no. Porque la muerte es inevitable y nos suele sorprender. A veces incluso de maneras muy violentas.

Creo, no obstante, que los cristianos somos unos afortunados porque podemos mirar a la muerte de frente. ¿Por qué? Porque podemos mirarla con esperanza, con la certeza de que la muerte no es el final del camino sino la puerta hacia la vida eterna. Jesucristo nos precedió en la muerte, y volvió para decirnos que no tuviéramos miedo. El hecho de asumir con entereza que nos vamos a morir, nos puede ayudar a vivir de una manera más auténtica e incluso más alegre, pues nos conecta con nuestra realidad de seres finitos.

Podemos apuntar tres consecuencias positivas de asumir la muerte como parte de la vida. La primera es que la muerte nos hace vivir agradecidos: cuando tomamos consciencia de la muerte, nos damos cuenta de que estar aquí es un verdadero milagro que no nos merecemos, y que cada instante aquí debe ser vivido como un regalo y aprovechado, porque no sabemos cuándo se acabará. La segunda es que la muerte pone las cosas en su sitio: la muerte descoloca, sí, pero también recoloca. Recoloca porque nos hace darnos cuenta de qué es lo importante en nuestra vida y lo que de verdad merece la pena. Recoloca cómo nos relacionamos, cómo usamos las cosas, el dinero, nuestra soledad, etc. Y por último, la muerte nos ayuda a tomar decisiones y a comprometernos. San Ignacio de Loyola en los Ejercicios aconseja, como criterio para decidir, imaginarse justo antes de morir, "en el artículo de la muerte", y pensar qué decisión le gustaría haber tomado. Esa decisión lleva irremediablemente a un compromiso de por vida, puesto que el ejercitante se hace consciente de que la vida pasa, y pasa rápido, y no quiere quedarse a merced de sus apetencias sino que decide poner toda su vida en un proyecto que le dé sentido y lo implique totalmente.

Pedro Rodríguez-Ponga sj

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miércoles, 26 de noviembre de 2014

Llevar a Dios en el corazón.

Llevar a Dios en el corazón.
Autor: P. Alfonso Milagro
Fuente: Los cinco minutos de Dios.
Si el hombre lleva a Dios consigo, no puede llevarlo tan oculto que no “se le note”; ese Dios íntimo, que penetra hasta lo más recóndito de su ser, debe salir a su exterior.
Y así ese Dios hará que cuando el hombre tome conciencia de las maravillas de su vida, la convierta en una vida de maravillas.
Maravillas de gracia y de amor; maravillas de generosidad y entrega; maravillas de donación y de ofrenda; maravillas de consagración y de comunión.
Comunión con Dios y con los demás hombres; comunión con la naturaleza y con todo el cosmos. Con ese cosmos exterior que los rodea y con ese cosmos íntimo que vive en su interior.
El hombre, así, se habrá convertido en un ser de profundidad, de dimensiones múltiples; así llegará a ser el constructor de sí mismo y el hacedor de un nuevo mundo, de un nuevo estado de cosas en el qeu reine el orden y la jerarquización de los valores.
La conjugación del todo y de la nada es lo que constituye el secreto de la perfección.
“Confía en Yahvé de todo corazón y no te apoyes en tu propia inteligencia; reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus sendas… porque Yahvé reprende a aquel a quien ama, como un padre al hijo querido.” (Proverbios 3, 5-12). Debes prestar atención a los planes de Dios sobre ti: descubrirlos y cumplirlos; nunca te arrepentirás de ponerte en manos de Dios.
Extraído de: Alfonso Milagro. Los cinco minutos de Dios. Ed. Claretiana.

martes, 25 de noviembre de 2014

Reflexión de Hoy- Martes 25-11-14 (¿Qué es amar?).

¿Qué es amar? Autor: P. Alfonso Milagro Fuente: Los cinco minutos de Dios. ¿Estás dispuesto a colocar la felicidad de los otros por encima de la tu

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¿Qué es amar?

Autor: P. Alfonso Milagro
Fuente: Los cinco minutos de Dios.

¿Estás dispuesto a colocar la felicidad de los otros por encima de la tuya, a buscar la felicidad de los otros antes que la tuya?

¿Eres capaz de ir más allá, procurando la felicidad de los que te rodean, aún a costa de la tuya?

Aceptar a los otros no es otra cosa que cederles un lugarcito en nuestro corazón; pero para cederles un lugar es preciso arrinconar algunas cosas nuestras, nuestros propios sentimientos y conveniencias.

Todo esto es lisa y llanamente amar; y, en consecuencia, amar es negarse a sí mismo, olvidarse de sí, inmolarse, sacrificarse; amar , en resumidas cuentas, no es otra cosa que ser capaz de sufrir por la persona que uno ama.

Ya tienes un buen test: ¿sufres, te molestas, te niegas por las personas que dices que amas?

"En verdad os digo: quien reciba al que yo envíe, me recibe a mí y quien me reciba a mí, recibe a Aquel que me ha enviado" (Juan 13,20). "Hemos de olvidarnos de todos los odios -de toda mentira, de toda ruindad-; hemos de abrasarnos en el santo fuego de un amor inmenso, dulce y fraternal".

Alfonso Milagro. Los cinco minutos de Dios. Editorial Claretiana.

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lunes, 24 de noviembre de 2014

Reflexión de Hoy- Lunes 24-11-14 (Dar como Cristo).

Dar como Cristo. Autor: P. Alfonso Milagro Fuente: Los cinco minutos de Dios. Todos pedimos y todos esperamos conseguir lo que pedimos: mejoras, co

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Dar como Cristo.

Autor: P. Alfonso Milagro
Fuente: Los cinco minutos de Dios.

Todos pedimos y todos esperamos conseguir lo que pedimos: mejoras, confort, comodidades, excepciones…

Todos pedimos y son pocos los que dan.

Son pocos los que imitan a Cristo, cuyas manos nunca pidieron y siempre dieron; y porque siempre dieron, se les fueron gastando de tal forma que hasta se le llegaron a perforar.

Nuestras manos, a semejanza de las suyas, también pueden gastarse y romperse de tanto dar: dar consuelo, dar ayuda, dar comprensión, dar fuerza, dar, dar, y siempre dar.

Es la mejor manera de realizarse uno mismo, aún a costa de que se nos perforen las manos como las de Cristo.

No debemos contentarnos con dar, ni aún con darnos esporádicamente; debemos estar en constante disposición y actitud de darnos; debemos hacer del "darnos" algo así como una especie de estado de vida.

"Maldito sea aquel que fía en hombre y hace de la carne su apoyo y de Yahvé se aparta en su corazón… Bendito sea aquel que fía en Yahvé, pues no defraudará Yahvé su confianza; es como árbol plantado en las orillas del agua, que a la orilla de la corriente echa raíces. No temerá cuando viniere el calor…" (Jeremías 17, 5-8). El verdadero hijo de Dios no teme, ni aún cuando oiga rugir la tempestad. Sabe que está en Dios y que en él encuentra seguridad.

Alfonso Milagro. Los cinco minutos de Dios. Editorial Claretiana.

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