viernes, 7 de noviembre de 2014

Son locos.

Son locos.
Autor: Omar A. Jiménez Castro.
Fuente: mensajespanyvida.org
En estos días que celebramos el gran día de todos los santos y nuestros amados difuntos, me vienen a la mente aquellas personas locas de remate que ya están en la casa del Padre.
Si, son locos, porque no siguieron lo que en ese momento era a la moda. Porque amaron hasta dar la vida en nombre de aquel Ser que muchos dicen que no existe o es un marciano o peor es una condición mental imaginativa.
Quienes eran ellos, seres como tú, yo, de carne y hueso, como nosotros.
No tenían nada diferente ni sufrieron nada de que no podremos decir que no hayan sufrido comparado a nosotros.
Tuvieron necesidades como tú o yo hemos tenido.
Si, sufrieron lo que es el hambre y la pobreza pero supieron hacerlo dando gracias a Dios, también, haciéndolo por amor para que otro hermano suyo tuviera su pan de cada día.
Si, muchos no tuvieron mi papá ni mamá responsables como es tu caso. Pero aun así, supieron agarrarse de Dios y sanar ese corazón y ser un reflejo del amor de Dios.
Se enfermaron de muchas enfermedades terminales y dolorosas y aun así, ofrecieron sus enfermedades como reparación de los pecados del mundo.
Sufrieron el dolor más agudo pero supieron aceptarlo.
Si, muchos de ellos pudieron tener odio por aquellos que hicieron mal, pero creyeron en el perdón como medida.
Pudieron ser lo más amargados por lo duro que fue sus vidas, pero cambiaron ese dolor en plena alegría que contagiaba.
Hombres y mujeres conocidos, o anónimos. De todas las épocas. En todos los contextos sociales.
Siempre ha habido gente capaz de dejar que, desde dentro, brotase con fuerza el torrente del Evangelio.
Tuvieron virtudes y defectos. Hubo en sus vidas bien y pecado.
Lo que marca la diferencia es que, en algún momento en sus vidas, se dejaron seducir por Jesús y su buena noticia. O, incluso sin conocerlo, su vida transmitió esa semilla que refleja a nuestro PADRE.
Son locos porque siguieron todo que iba en contra de la lógica y amaron a todos los que le ofendieron.
Dieron todo lo que podían dar para darle al otro hermano en donde veían reflejado a Cristo.
Si, fueron amados como nada en este universo, porque aun en con sus debilidades humanas su PADRE, que es nuestro amado PADRE no los abandono, y ellos dejándose amar por EL, cambiaron sus vidas y se dejaron emplear para reflejar ese amor de Dios a sus semejantes.
Pidámosle a Dios que cambie nuestra vida para llegar a ser como ellos, que dejaron entrar a Dios en sus corazones y fueron un reflejo del AMOR. Amén
Para comunicarse con el autor escribir a:
omarcr83@gmail.com

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