Y tú, ¿dónde vas?.
Fuente: www.reinadelcielo.org
Autor: www.reinadelcielo.org
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¿Dónde
vas?. Increíblemente, después de una vida junto a Jesús y Su Madre,
Pedro necesitó de este empujón final del Señor para animarse a invertir
sus pasos, y volver a Roma para entregarse al martirio final. ¿Dónde
ibas, Pedro?. ¿Que hubiera sido de tu vida luego, si Jesús no te hubiera
marcado el camino?. Pedro, la cabeza de nuestra amada iglesia, nos
mostró siempre cómo se lucha contra nuestras propias flaquezas para
finalmente triunfar y glorificar a Dios, haciendo Su Voluntad.
Y tú, ¿dónde vas?. ¡Seguramente al lugar equivocado!.
Buscamos
y buscamos satisfacciones en este mundo. Soñamos con algo, y cuando lo
alcanzamos, la alegría dura un instante y nuevamente nos sentimos
vacíos. Sea un título, un bien material, conocer un lugar, e incluso un
hijo o una pareja. Cuando esas cosas están en nuestros sueños nos
motivan e impulsan para adelante. Pero cuando finalmente las alcanzamos
sentimos una felicidad pasajera, y luego, a buscar otra meta para
perseguir. ¡Y eso en el mejor de los casos!. Cuando esos sueños no se
hacen realidad, nos frustramos, deprimimos, nos sentimos vacíos,
fracasados en la vida.
¿Dónde
vamos?. Alguien me preguntó hace poco tiempo: ¿Te llena Dios realmente
la vida cuando lo descubres?. ¡Allí está el secreto!. Nada tiene sentido
sin Dios, sólo Dios le pone sentido a nuestra vida. El detiene nuestra
carrera, nuestra búsqueda desenfrenada, y nos dice:
Yo
soy a quien estabas buscando, sin Mi nada tiene sentido. Ámame,
descubre cual es Mi Voluntad respecto de tu misión en la vida, y
encontrarás la paz verdadera.
En
ese momento se acaban las fantasías terrenales, los falsos ídolos que
construimos y adoramos: el dinero, el estatus, nuestra posición en la
sociedad, nuestra forma de vida. Jesús toma entonces el lugar central
dentro nuestro y hace que todo lo demás gire alrededor de Su Voluntad.
Si trabajo, deseo hacerlo agradando a Dios, si educo a mis hijos, deseo
formarlos en el amor a Dios, si hago un viaje, busco el modo de crecer
en mi fe a través de los lugares que visito. En todo descubro la mano de
Dios que me pone las oportunidades de crecer en el amor a El a cada
instante.
Jesús,
ese día, se apareció a Pedro con la Cruz sobre su hombro. Ya había
resucitado y ascendido a los Cielos. Pedro huía de Roma ante la amenaza
de ser arrestado por defender al Señor. Jesús le dijo entonces: "¿dónde
vas Pedro?. Si tú te marchas, yo tengo que tomar tu lugar, con mi Cruz a
cuestas". Pedro, sintiéndose morir por ver a Jesús de ese modo, dio
media vuelta a sus pasos y volvió a Roma aceptando ser crucificado en
nombre de Cristo.
Y tú, ¿dónde vas?.
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