jueves, 12 de marzo de 2015

Reflexión de Hoy- Jueves 12-03-15 (Hoy el reto es hablar al Señor de una persona que esté sufriendo).

Hoy el reto es hablar al Señor de una persona que esté sufriendo. Autor: Dominicas de Lerma Fuente: Llena de Cristo a esa persona: Él es capaz de p

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Hoy el reto es hablar al Señor de una persona que esté sufriendo.

Autor: Dominicas de Lerma
Fuente:

Llena de Cristo a esa persona: Él es capaz de penetrar en todos los corazones, de consolar

Otra aventura en la cocina... esta vez con el café. Para preparar el desayuno, salimos antes de empezar la Eucaristía y dejamos todo preparado sobre los fuegos: leche, cafeteras... para que luego sólo haya que encender y así se caliente mientras vamos a vestirnos con la ropa de cocina.

Pues bien, encendí los fuegos, me fui y volví a los 10 minutos. Miré a una de las cafeteras y no había salido nada de café. Pensé: "Habrá estado poco tiempo". Seguí haciendo cosas, volví y nada de café. Decidí investigar. Con un trapo para evitar quemarme, abrí la cafetera y, como a estas alturas habrás podido imaginar... ¡no habíamos echado agua! Las monjas llegaban y en la cafetera sólo había unos posos del día anterior y la base un tanto chamuscada.

Muchas veces así nos pasa con las personas que tenemos cerca cuando nos comparten un problema o un sufrimiento. Después de largos ratos hablando, pensando que nuestros numerosos consejos lo van a solucionar todo, vemos que la persona sigue igual.

El poso sigue, no fluye, no sabemos qué hacer y por más razones que damos ("Ánimo","Todo va a cambiar", "Tú puedes"...), no obtenemos el resultado que esperamos y nos frustramos.

Hoy te invito a que te acerques de una forma nueva a esa persona que tienes cerca: abre la cafetera, llénala de agua, llénala de Cristo. Sólo Él es capaz de penetrar en todos los corazones, de consolar, de hacer que todo fluya y de inundar a la persona con la paz que necesita y que tú solo no le puedes dar.

Hoy el reto del Amor es hablar al Señor de una persona cercana que esté sufriendo. ¿Cuál es tu misión con él o con ella? ¿Que permanezcas orando? ¿Que pueda sentir tu mano sin ser juzgado? ¿Que le acompañes en silencio? ¿Un detalle de cariño? ¿Una llamada?

Mira a Cristo y, desde Él, mira al otro. Pídele ser instrumento para que Él entre en esa persona y pueda curar su corazón herido.

VIVE DE CRISTO

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