miércoles, 11 de febrero de 2015

Reflexión de Hoy- Miércoles 11-02-15 (Te invito a mi casa).

Te invito a mi casa. Autor: Juan Rafael Pacheco Fuente: www.mensajespanyvida.org Cuentan las abuelas que un buen día, un niño encontró entreabierta

Like   Tweet  

Te invito a mi casa.

Autor: Juan Rafael Pacheco
Fuente: www.mensajespanyvida.org

Cuentan las abuelas que un buen día, un niño encontró entreabierta la puerta donde estaba Jesús. "Ven, acércate", le dijo Jesús con gran ternura. "¿Por qué tienes miedo?"

"Es que no tengo nada para darte", le dijo el niño compungido y acongojado.

Jesús insistió: "Me gustaría que me dieras un regalo".

Rojito de vergüenza, le dice el niño: "Es que no tengo nada. De verdad de verdad, nada es mío. Si tuviera algo, algo mío, con gusto te lo doy"–y registrándose los bolsi­llos sacó una vieja cuchilla oxidada que poco antes se había encontrado. "Si quieres te la doy".

"No, guárdala. Lo que quiero son no uno, sino tres regalos tuyos. Regálame el último de tus dibujos."

"Pero es que es horrible. A nadie le gusta, nadie quiere ni verlo."

"Precisamente, por eso lo quiero. Tú puedes ofrecerme lo que los demás rechazan y lo que no les gusta de ti. Además –prosiguió Jesús—quisiera que me dieras tu plato".

"Pero… ¡es que lo rompí esta mañana!" triste y cabizbajo contestó el muchacho.

"Pues por eso lo quiero. Ofréceme siempre lo que esté roto, lo que esté dañado en tu vida, que yo quiero arreglarlo. Y ahora –insistió Jesús—repíteme la respuesta que le diste a tus padres cuando te preguntaron cómo habías roto el plato."

Llorando, el muchacho balbuceó que les había dicho mentira al decirles que el plato se le había caído, que no era cierto. En aquel momento estaba enojado y lo había tirado con rabia al suelo para que se rompiera.

"Eso es lo que quería oírte decir. Dame siempre lo que hay de malo en tu vida, tus mentiras, tus miedos, tus cobardías, tus crueldades. Yo voy a descargarte de ellas. Conmigo no tienes necesidad de guardarlas ni de esconderlas. Yo te ayudaré a superar tus debilidades y defectos. Quiero que seas feliz y te sientas seguro de que siempre voy a perdonarte tus faltas. Más aún, me gustaría que todos los días vinieras a mi casa."

"Vengan a mi todos los que están cansados y agobiados, que yo les daré descanso". "Yo les aseguro –nos afirma Jesús a todos nosotros—si no cambian y se hacen como los niños, no entrarán en el Reino de los Cielos." ¿Y que más podríamos desear si no es eso?

Al hacernos como niños y mantenernos en esa infancia espiritual, disfrutamos a cabalidad de la paz que tan sólo logramos cuando estamos cerca del Señor, y que con tanta delicadeza resume la preciosa canción "Tu inmenso mar":

Cuando oigo las aves cantar por las mañanas.
Cuando muere el día,
cuando cae el sol.
Cuando en el silencio contemplo todo aquello,
siento tu presencia y escucho tu voz.
Cuando acaricio el rostro de un niño.
Cuando frente al pobre hago un compromiso.
Cuando doy mi mano y mi pan comparto,
a través de mí, tu sigues amando.
Estando ante ti siento tu grandeza,
y experimento toda mi pobreza,
me llenas de paz, de amor y de fuerzas,
me lleno de ti y tu eres mi riqueza…
Y siento en mi tu luz brillar,
que tu vida corre por mis venas,
que vives y habitas en mi ser,
que tu vida en mi siento vibrar,
que de ti dependo como un niño,
que soy una gota en tu inmenso mar.

Bendiciones y paz.

Para comunicarse con el autor escribir a:
casadeluzjn812@gmail.com

facebook twitter
1px
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario