miércoles, 17 de diciembre de 2014

Reflexión de Hoy- Jueves 18-12-14 (¡Venid a mí!).

¡Venid a mí! Autor: Félix González Fuente: hblogs.21rs.es/corazones Así comenzaba la lectura del evangelio de uno de estos días (día 10 de diciembr

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¡Venid a mí!

Autor: Félix González
Fuente: hblogs.21rs.es/corazones

Así comenzaba la lectura del evangelio de uno de estos días (día 10 de diciembre): "Venid a mí".

"En aquel tiempo exclamó Jesús: "Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque ni yugo es llevadero y mi carga ligera".

¡Qué animoso y consolador es este breve pasaje del evangelio! ¡Qué bien nos viene a todos, ponerlo en práctica!

Hoy día, hay mucha gente que está "agobiada y cansada". Agobiada por una crisis que ya va durando más de lo fácilmente soportable; agobiada por la precaria situación de supervivencia digna; agobiada porque no se acaba de ver el final del túnel. Y agobiada por otros muchos problemas personales, familiares y sociales.

Y cansada de no encontrar respuestas, a pesar de los gritos de auxilio; cansada de luchar sin mucha esperanza; cansada de llamar a muchas puertas, sin que ninguna se digne abrirse.

Pero ahí está Jesús, diciendo: "venid a mí… y yo os aliviaré". ¡Qué bien suenan estas palabras, cuando el agobio y el cansancio nos acechan! Porque son palabras de verdad, no de engaño. Pero hay que creérselo. Jesús puede, y quiere, salir a nuestro encuentro para imbuirnos aliento, esperanza y ganas de seguir viviendo con cierta alegría. Porque muchas veces, el problema mayor, no es lo que nos falta o no tenemos, sino la situación anímica que nos produce esa carencia. Y cuando uno recibe ánimo para superar esa situación, los problemas se aminoran, y renace la esperanza de un futuro mejor.

Pero Jesús pone una condición:"cargad con mi yugo y aprended de mí". Sólo entonces "encontraréis vuestro descanso". ¿Cuál es ese yugo del ue habla Jesús? Él llevó la cruz sobre sus hombros, y llevó la cruz de la persecución, de las contrariedades, de la incomprensión, de la flagelación y de la muerte ignominiosa. La cruz. Cada uno, cada persona, tiene su cruz, que aparecerá tarde o temprano; más bien temprano. Y hay que llevarla. Se puede encontrar cirineos que ayuden a llevar el peso, pero es necesario e imprescindible llevarla. Lo importante es cómo se lleva la cruz. No basta hacerlo con resignación; porque no hay más remedio. Hay que llevarla con responsabilidad, abrazados a ella, porque nos acompañará hasta la muerte, aunque no sea una muerte ignominiosa como la de Jesús. No hay nadie que pase por esta vida sin cruz, como si todo el camino a recorrer, fuera un camino de rosas. No. Ese es el yugo que hay que llevar, y que vale la pena llevarlo como algo "suave, y carga ligera". Si le aceptamos, el mismo Jesús será nuestro cirineo.

Si dejamos de considerar el Adviento como un tópico, seguramente entraremos en una nueva dimensión: la dimensión de la esperanza, fundada en acogerse a ese Jesús que es "manso y humilde de corazón".

Félix González

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