domingo, 27 de julio de 2014

Reflexión de Hoy- Domingo 27-07-14 (Meditación: Mateo 13, 44-52).

Meditación: Mateo 13, 44-52. Autor: Fuente: la-palabra.com El Reino de Dios es un tesoro tan valioso que no podemos ni siquiera imaginarlo con nues

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Meditación: Mateo 13, 44-52.

Autor:
Fuente: la-palabra.com

El Reino de Dios es un tesoro tan valioso que no podemos ni siquiera imaginarlo con nuestro limitado intelecto humano. Estamos tan acostumbrados a vivir según los criterios del mundo, que no sabemos valorar correctamente los tesoros que Cristo nos ofrece, pero por su gran amor, el Señor nos llama a seguirlo, para otorgarnos el tesoro que nos espera en su Reino.

La parábola de la red de pescar representa el Reino de Dios en la tierra como un conjunto de personas buenas y malas, justas e injustas. Al final de los tiempos se hará la separación completa (Mateo 13, 49) y solo permanecerán los buenos, los justos y los santos; por eso, Dios nos invita a cooperar con él para discernir el bien y el mal en nuestro propio corazón.

Posiblemente nos agrade saber que el Señor no se limita a darnos la bienvenida a su Reino en el Bautismo, para luego abandonarnos y dejarnos sin saber qué rumbo tomar en la vida. No, el Señor nos enseña a discernir el bien y el mal y nos capacita para crecer en santidad mediante los sacramentos, la enseñanza de la Iglesia, la oración personal y la ayuda fraternal de nuestros hermanos en Cristo.

Sabiendo esto, de nosotros depende que cultivemos la semilla de la fe hasta que fructifique en frutos de amor y salvación para muchos. Porque mientras mejor aprendamos a escuchar la voz de Dios en la Escritura y en la Iglesia, mejor actuará el Espíritu Santo para enseñarnos, alentarnos y transformarnos. El Señor ha destinado a todos sus fieles a reproducir en sí mismos la imagen de su propio Hijo, "a fin de que él sea el primogénito entre muchos hermanos. A quienes predestina, los llama; a quienes llama, los justifica; y a quienes justifica, los glorifica." (Romanos 8, 29-30).

Dedícate, hermano a poner en práctica las enseñanzas del Señor y el Espíritu Santo te ayudará a discernir su significado con más confianza, de modo que se refleje en tu vida práctica.

"Jesucristo, mi Señor y mi Dios, abre mi entendimiento y mi corazón para recibir tus enseñanzas, hacerlas parte de mí y dar mucho fruto para tu Reino."

1 Reyes 3, 5. 7-13; Salmo 118, 57. 72. 76-77. 127-130; Romanos 8, 28-30

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